El transporte nacional consiste en el transporte de mercancías dentro de un mismo país. Se utiliza en la distribución de mercancías entre plantas de producción, centros logísticos, cadenas minoristas y clientes particulares. Gracias a unos tiempos de tránsito más cortos, permite responder con rapidez a las cambiantes necesidades del mercado, garantizando entregas regulares de alimentos y materiales industriales y de construcción.
El transporte internacional implica el movimiento de mercancías entre distintos países, lo que exige conocer la normativa aduanera, el derecho del transporte y las normas internacionales. Es un elemento clave del comercio exterior y del funcionamiento de las cadenas mundiales de suministro. Abarca tanto la exportación como la importación y el tránsito. Sirve tanto para el transporte a mercados de la Unión Europea como para el transporte a países de fuera de la UE.
El transporte en silo consiste en transportar materiales a granel como piensos, harina, grano o cemento. Los vehículos silo facilitan la carga y descarga neumática, minimizando la pérdida de material. Los silos garantizan la protección de la carga frente a la humedad y los factores externos, y permiten realizar transportes nacionales e internacionales.
El transporte de carga completa se refiere al transporte en el que todo el espacio de carga se dedica a un expedidor. Como resultado, las mercancías no se transbordan por el camino, lo que reduce los plazos de entrega y el riesgo de daños. Es la solución preferida para la logística industrial, el comercio internacional y el transporte de grandes envíos que requieren puntualidad.