La remuneración de los conductores en el transporte por carretera es uno de los elementos clave que influyen directamente en la motivación, la fidelidad y la calidad de los conductores. Un sistema de remuneración bien estructurado no solo favorece el mantenimiento de un alto nivel de compromiso de los empleados, sino que también aumenta la eficiencia de la empresa en su conjunto. La introducción del Paquete de Movilidad en 2020, cuyo objetivo es armonizar las normas de trabajo de los conductores en la Unión Europea, ha creado nuevos retos para los transportistas en lo que respecta a la correcta liquidación de los salarios. Para ser eficaz, el sistema debe cumplir la normativa legal y, al mismo tiempo, motivar a los empleados.
En teoría, la remuneración de los conductores varía en función del tipo de transporte: nacional, cabotaje, tránsito o bilateral. Las normas de remuneración dependen del país en el que se realice el transporte, del tipo de transporte y de la normativa local. Sin embargo, en la práctica, especialmente en el transporte internacional, se suele utilizar un sistema de tarifas diarias, las llamadas tarifas por día. Este método de facturación, aunque simplificado, cumple la normativa, a diferencia de los métodos basados en la distancia recorrida o en un porcentaje del valor del flete, que son incompatibles con la legislación de la UE. Estas prácticas pueden dar lugar a infracciones graves y, en última instancia, a la pérdida de reputación del transportista. Para más información sobre este tema, consulte nuestro otro artículo.
Pero, ¿es suficientemente eficaz un sistema basado únicamente en los días, sin bonificaciones adicionales? En el siguiente vídeo, presentamos un sistema propio de remuneración basado en días, enriquecido con una serie de primas incentivadoras. Un elemento clave de este sistema son las primas por eficiencia, número de días trabajados y logros especiales en el trabajo. Por ejemplo, un conductor de transporte internacional recibe una bonificación por trabajar un mínimo de 20 días en un mes, lo que tiene un impacto significativo en la rentabilidad del vehículo. Las primas por eficiencia, por su parte, permiten recompensar a los conductores que rinden más, lo que contribuye a un funcionamiento más eficiente de toda la empresa.